miércoles, 12 de enero de 2011

Dos películas

En estas últimas semanas fui al cine a ver Biutiful -primero- y, más recientemente, También la lluvia.

Salí de Biutiful un poco como en shock. No se me borraban las terribles imágenes de la desolación de los emigrantes pintadas por Iñárritu y, sobre todo, el trabajo de un Bardem en estado de gracia que lo llena todo. Ahora, un poco reposada la película, le veo algunos excesos: el recurso preciosista con múltiples líneas narrativas haciendo carambolas de desgracias de su cine, tan original en Amores perros o 21 gramos y tan perfeccionado en Babel, ya está visto, no es innovación y no acabo de verlo como modo definitivo de contar una historia. Una película es un trabajo coral y Biutiful es sobre todo Bardem.

También la lluvia es otra cosa. La historia que cuenta, la de la primera conciencia honesta surgida entre los conquistadores españoles en América haciendo paralelismo con los terribles sucesos de la Guerra del Agua en Bolivia, no sólo está bien contada sino que, además, es tremendamente original en su planteamiento: el trasfondo de la mencionada guerra, los vericuetos del rodaje de una superproducción histórica e, incluso, los sucesos protagonizados por Colón, Bartolomé de las Casas, Antonio Montesinos y Hatuey se superponen de manera magistral y, también, resulta espectacular el trabajo de los actores. Tosar, estupendo, Juan Carlos Aduviri (Daniel - Hatuey) muy acertado y, sobre todo un enorme, Karra Elejalde. Los diálogos logradísimos hacen de algunas escenas eventos memorables (en ensayo de la película en la terraza del hotel, la cena de sábado de los miembros del equipo, y otras). Iciar Bollaín, directa y sencilla, arma este ambicioso puzzle que brilla con luz propia.