martes, 4 de octubre de 2011

Lecciones de interpretancia

Me llama la atención el lenguaje empleado por la judicatura en sus documentos y comunicaciones. Por ejemplo "fallar", que es emitir una sentencia -se supone que razonada- y, también, en el territorio en el que vivimos las personas y ya lejos del Olimpo do moran sus excelentísimas e ilustrísimas señorías imbuidas de divina infalibilidad, errar, equivocarse, estar en falta de algo. No sé si esto será así por una especie de sutil justicia poética brindada por la plurisemia para poner a rueda la cosa.

Sí, ya sé: haciendo reflexiones sobre el lenguaje y titulo esta entrada empleando una palabra que no existe: interpretancia... Pero es que hay fallos (jurídicos) que me dejan ojiplática no, lo siguiente. El juez Del Olmo es responsable de algunas de estas "perlas" (eufemismo que de perlas me viene).

Resulta que un caballero, con diversos antecedentes penales e historial de malos tratos, amenaza a su exesposa de muerte en repetidas ocasiones. El mismo individuo tuvo, además, el detalle de jurar por el sol al hijo tenido con ésta que la iba a ver en el cementerio, metida en caja de pino y por la tele. Y, también, la llamó zorra. Y su señoría falla que ese "zorra" califica, en realidad, la astuta condición de la señora víctima... Bueno, víctima ya no; simplemente astuta.

Antes hablé de la excelsa morada de los juristas aunque me parezca a mí que, algunos, viven realmente en las cavernas si no quebrando patas, poniendo escaso cuidado en que otros no las quiebren.