jueves, 12 de noviembre de 2009

Los tiempos están cambiando ¿o no?

Miro por wikipedia y busco el significado -por lo de no marrar- de algunos términos teológicos: Anatema, herejía, dogma, excomunión.

Anatema: significa etimológicamente ofrenda pero su uso principal equivale a maldición en el sentido de condena a ser apartado o separado, cortado, como se amputa un miembro (grrr), de una comunidad de creyentes. Dice también wikipedia que era una sentencia mediante la cual se expulsaba a un hereje del seno de la sociedad religiosa siendo una pena aún más grave que la de excomunión.

Herejía, también según wikipedia, y para el cristianismo, es una opinión o doctrina erróneea y opuesta a la la verdad de la ortodoxia dogmática.

Dogma: doctrina sostenida por una religión -u organización de autoridad- que no admite réplicas. Así, se basa en una creencia no sujeta a pruebas de veracidad.

Por cierto que, habiendo querido transcribir de manera bastante fideligna los significados de estos términos según wikipedia, me voy a atrever a hacer una pequeña digresión ahora y sobre el significado de un término derivado de dogma, precisamente; se trata de la palabra dogmático y tenemos las claras acepciones de relativo a los dogmas y similares y, además, se dice de todo aquello que se plantea de manera acrítica y conformista siendo contrario a cualquier forma de pensamiento analítico científico.

Excomunión es la expulsión permanente o temporal de una persona de una confesión religiosa.

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La existencia de distintas corrientes e interpretaciones de la doctrina cristiana ha sido bastante habitual en la historia de la iglesia católica desde, prácticamente, sus orígenes. Los concilios de Nicea (325) o Tesalónica (380) son prueba de ello. Y, también, es un hecho histórico el incremento de la fuerza de su poder temporal que se manifestó definitivamente con el debut de la Santa Inquisición en 1200. Desde entonces el castigo a los pecadores recalcitrantes ya no solo consistiría en el fuego eterno del infierno tras la muerte, sino que podria tener como anticipo la sentencia de la muerte misma precedida además de grandes tormentos... y sin control alguno por parte de los reinos de este mundo. Recordemos que Miguel Servet fue reconocido mientras viajaba rumbo a Italia, apresado en Suiza y juzgado allí por herejía y condenado a morir; he aquí la sentencia condenatoria:

Contra Miguel Servet del Reino de Aragón, en España: Porque su libro llama a la Trinidad demonio y monstruo de tres cabezas; porque contraría a las Escrituras decir que Jesús Cristo es un hijo de David; y por decir que el bautismo de los pequeños infantes es una obra de la brujería, y por muchos otros puntos y artículos y execrables blasfemias con las que el libro está así dirigido contra Dios y la sagrada doctrina evangélica, para seducir y defraudar a los pobres ignorantes.


Por estas y otras razones te condenamos, M. Servet, a que te aten y lleven al lugar de Champel, que allí te sujeten a una estaca y te quemen vivo, junto a tu libro manuscrito e impreso, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas, y así termines tus días para que quedes como ejemplo para otros que quieran cometer lo mismo.

El papado era la teocracia, la representación en la tierra del reino de Dios y sus sacerdotes, brazo ejecutor propiamente dicho, los ministros.

Incluso, y pese a los severos castigos inquisitoriales impuestos que, como es sabido, consistían con frecuencia en torturar y quemar vivos a los herejes, disolutos, diferentes... las herejías continuaron floreciendo prácticamente durante toda la historia de la iglesia. Y muy especialmente en la Edad Media, y tenemos así a los priscialinistas, las revueltas de la pataria -realizadas fundamentalmente como oposición contra el clero corrupto-, el donatismo, el pelagianismo, el adopcionismo, el arrianismo, a los cátaros y a los albigenses, el wyclifismo, el husismo... la lista es larga y, los castigos aplicados a los herejes siempre fueron radicales y habitualmente contrarios al quinto mandamiento (será porque el alma sólo es de Dios).

Con suerte, la excomunión o el más duro anatema, eran las más leves de las penas aplicadas probablemente a disolutos como de más relieve Lutero, Calvino, Cervantes -excomulgado en 1587- , Enrique VIII...

En fin, visto lo visto, hemos de afirmar que la tierra es plana, por supuesto y, como todos sabemos, el Sol gira a su alrededor desde que Dios creó el mundo en seis días empleando el séptimo en el descanso... y si no que le pregunten a Galileo Galilei.

Hablando de otra cosa ¿o no? nos hemos desayunado con que el representante de los obispos, Martínez Camino, declara herejía el voto a la ley del aborto y, además, amenaza excomulgar a los diputados que la voten positivamente.

Pues eso: ni subimos ni bajamos.

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