miércoles, 23 de septiembre de 2009

Prisa y Gobierno

Oigo la SER. Si compro un periódico (que no siempre lo hago), es El País; también veo Cuatro, sobre todo los informativos (quiero al maestro Gabilondo); todos medios de Prisa. La razón es que siempre creí en su independencia más allá de las líneas editoriales de otros grupos mediáticos que o bien andan en lo de venid y vamos todos con flores a Colón o siguen obcecados en que las carátulas de las cassettes de la Orquesta Mondragón son la prueba irrefutable de la cuadratura del círculo a lo que si sumamos dos más dos da igual a siete.

De verdad que estoy muy triste.

Oí mucho a Carnicero criticar al Gobierno. También a Aguilar... En realidad, a todos los periodistas de PRISA, en un momento u otro, les he visto / oído / leído hacer críticas al gobierno (socialista) en momentos puntuales... lo extraño es lo de ahora: la presión mediática abrumadora ejercida mediante críticas continuas al gobierno por parte de PRISA. Por cierto que, a veces, esas críticas se revistieron de un estilo vulgar y discutible; no puedo olvidar a la apreciada Ángeles Afuera leer un panfleto radiofónico en contra de Zapatero y Sebastián en el que se utilizaban términos del estilo "las gracias de Sebastián", "las ocurrencias de Zapatero", "los 'amiguitos' del Presidente"... y, más que dar informaciones, parecía verter opiniones (personales o grupales, que no sé quién le escribió el texto).

¿Qué ha sucedido de nuevo para que, como un solo hombre y en perfecta sincronía, los medios de PRISA ataquen continuadamente al gobierno? Se me hace difícil, la verdad, creer que, de pronto, de un día para otro, TODO lo que hace el gobierno esté mal y merezca la reprobación constante de este grupo mediático... pero, sucede, que el Gobierno ha concedido la TDT de pago a MediaPro por la cosa del fútbol, no a PRISA, anterior concesionaria de canales de pago... Y parece que dolió. Por cierto, en Tercera Regional, en los entornos ultranacionalistas, en los amplios despachos de ejecutivos impolutos con sueldos inimaginables... ¡Cuánta basura genera el fútbol!

Es lógico que duela, a los accionistas más que a nadie, claro. Dice mi querido Gabilondo que: El grupo PRISA está enfadado con Zapatero por la TDT pero eso no quiere decir que sus análisis no sean certeros. Aunque resulta que el aluvión de críticas sólo ha tenido lugar tras la concesión deseada a otro grupo. Y esto abre otro melón pues surge la duda por si acaso la afinidad o sintonía anterior (a la concesión de la TDT) PRISA - Gobierno tenía alguna motivación basada en intereses comerciales. Y le veo mala pinta a la cosa, huele fatal, queridos Iñaki, Montse Domínguez, Aguilar (y su ingenio), Angels, Gemma.

La cosa es que estoy muy triste. Un par de días ya en silencio, sobre todo desde que Iñaki nos contó en su noticiario que el PSOE es como un monasterio de la Trapa cuyos monjes tienen obligación de obediencia y, por tanto, el partido apoya al Gobierno y, también, que PRISA no es la Trapa al contrario de lo que pueda pensarse desde las filas socialistas. Por cierto que, Gabilondo, dijo también lo siguiente:

… Hará muy mal el Presidente en desdeñar los reparos de los que no somos sus enemigos. Sepa el Presidente que este tipo de enroque ante las críticas, este encerrarse ofendido, lo hemos visto en otros presidentes… y nunca les fue bien.


¿Será esto un aviso para navegantes?

Tengo que pensarme una alternativa radiofónica y, mientras tanto, tiemblo pensando en estos poderes (1º, 2º, 3º, 4º...), en sus largos brazos y oscuros designios y en estos grandes hermanos que, sin vigilarnos, nos controlan. Mejor pensado, quizá opte por oír música.

martes, 22 de septiembre de 2009

De hombres y nenazas

Hace algún tiempo ya escribí por aquí algo al respecto de la violencia asociada al fútbol y al ultranacionalismo y a la falta de civismo.

No digo, por supuesto, que todos los aficionados al fútbol y / o entusiastas nacionalistas sean violentos o incívicos; sólo que, con cierta frecuencia, fútbol, ultranacionalismo, fascismo y violencia son trama y urdimbre de un mismo tejido. Leemos en los periódicos y vemos en las noticias que el presunto asesino de Carlos Palomino, por ejemplo, dice no ser para nada nazi y sí ser de derechas y apolítico (en la tercera o cuarta rectificación de sus declaraciones iniciales) y define esto como no tener ideología alguna y sentirse "patriota" o "español", entendido esto como "una persona a la que le gusta que gane la selección española" (de fúbtol). Luces, lo que se dice luces, pocas... Pero bueno... también afirma en esas declaraciones que estaba muy asustado (que tenía miedo insuperable, dice) y yo he visto el vídeo en el que prepara su arma con antelación (cálculo), la esconde (también calculando) y se la clava asesinando a su víctima en el momento que le parece mejor. Menudos nervios de acero para tener miedo insuperable.

Esto de las relaciones entre violencia y el fútbol, para otros, se resuelve de otro modo. De estos días es también la noticia del juicio contra los jugadores del Bada Bing*, equipo de Tercera Regional que la emprendió a palos contra los jugadores del Rosario Central (emigrantes en su mayoría) resultando de esto que todos los lesionados eran de este último equipo. Los honrosos (ein??) BadaBing(u)eros, preguntados por el extraño resultado deportivo (8 lesionados a 0), dicen cosas como que "en el fútbol regional es normal la violencia" y, también, que "en las peleas unos ganan y otros pierden" y, por fin que "unos somos hombres y otros nenazas". Me hubiera gustado preguntar a Valentín Moreno, uno de los players del Atlético Bada Bing y recién salido del trullo por asesinato, si lo suyo era lo de ser hombre o nenaza... pero para qué, conozco la respuesta: Yo Tarzán, tú chita.

* Bada Bing es el nombre del local de stripers (y tapadera) gestionado por la familia Soprano en la serie del mismo nombre.

lunes, 21 de septiembre de 2009

A vueltas con lo mismo

Acabo de leer un interesante artículo de Albéniz en soitu. Hace un brillante retrato del natural de lo que sucede con los grandes grupos de comunicación -propietarios de periódicos y cadenas de televisión- y el material sensible de la información que proporcionan... y, lo que es más importante: la creación de opinión.

Yo sigo con la misma pregunta: ¿Periodismo?

Siempre agradezco la libertad de expresión y comunicación(supe qué significaba su falta). En algunos momentos de mi vida ha sido casi vital su existencia: las horas tras el golpe de estado de del 23 de febrero de 1981, las horas tras el atentado del 11M (con aquellas informaciones falsas dirigidas desde el mismo gobierno)...

Libertad e independencia deberían ser valores intocables para los consejos editoriales. A la vista de informaciones y tratamiento de noticias publicadas en los grandes medios, parece que libertad e independencia no son otra cosa que requisitos para la la divulgación de la información interesada que conviene a ciertos grupos de presión y/o empresariales... Pero que el Periodismo quede reducido a cosa maleable en función de los intereses de un grupo es una vergüenza.

Luego hay extrañeza por cosas como el fenómeno blogger y su repercusión negativa en las megamaquinarias que ponen en marcha las grandes redacciones, platós, estudios, rotativas y que cuestionan la eficacia de las estrellas de los medios que igual te cuentan el crack de la bolsa como te echan carnaza para que envíes mensajes sms o llames a teléfonos de tarificación especial.

viernes, 18 de septiembre de 2009

¿Periodismo?

Ayer, 17 de septiembre de 2009 sobre las 3 de la tarde, escuchaba un espacio deportivo por la radio. No soy especialmente aficionada a los espacios deportivos... pero sí a la radio y, a esa hora, es lo que hay. El locutor del popularísimo espacio del que voy a hablar (de la SER) preguntaba al enviado especial a Polonia, (país en el que se están celebrando las competiciones por el campeonato europeo de baloncesto) por unas supuestas declaraciones de un jugador francés al diario L'Equipe en las que se decía algo así como que "la selección española de baloncesto se había hecho caquita en los calzoncillos por temor al encuentro con la selección francesa". Preguntaron a propósito de las mismas declaraciones, también, al corresponsal de la emisora en París, Patiño, que dijo no haber encontrado nada parecido al respecto en la prensa francesa; más bien todo lo contrario: comentarios elogiosos. Muy vulgar, por cierto, lo de las declaraciones; muy vulgar.

Yo, intrigada, he buscado la edición de L'Equipe de ayer. No veo más que comentarios elogiosos al juego de la selección española. Nada de caquita, que sólo estaba en la boca del mencionado locutor.

Todos tenemos noticias de escándalos periodísticos: El de aquel periodista -Jayson Blair- del diario The New York Times que inventó, plagió y escribió notas informativas fechadas en lugares en los que nunca estuvo (fingiendo que había estado). Si miramos por nuestro particular patio de vecinos tenemos también los casos -del mundo del colorín- de las truculentas invenciones sobre la hija de Albano y Romina Power, sobre enfermedades gravísimas de Miguel Bosé, Amparo Muñoz, Alejandro Sanz, de romances sonadísimos de expresidentes del gobierno... y, ya que se habla de caquita, tenemos a esos personajes, los montajistas, que acuerdan con un paparazzi un vídeo o una foto con noticia escandalosa para hacer caja cuando el scoop aparezca en los papeles o en la televisión... Pero el mundo del colorín es lo que tiene: prensa del corazón o prensa rosa son eufemismos que, con frecuencia, vienen a definir a lo que sólo es algarabía con fuerte halitosis y colmillos retorcidos.

Hoy, el mismo profesional del mismo espacio deportivo de la SER, se ha referido de forma muy ofensiva a MediaPro a propósito de la TDT de pago(estos amiguitos del presidente). Me pregunto cuáles de las recientes críticas de PRISA hacia el gobierno de Zapatero están sustentadas en la profesionalidad periodística y cuáles tienen origen en otras causas; el beneficio de la empresa, por ejemplo.

Conste que el que empezó diciendo caquita fue otro, no yo.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Deadwood, allá en las Colinas Negras

Desde hace un tiempo me gustan más por lo general las series de televisión que las películas. No todas, claro. Pero entre las teleseries hay auténticas maravillas. Deadwood, por ejemplo.

Cuando comencé a verla, hace ya tiempo, nunca me había interesado especialmente la historia; pensé: una vez más nos cuentan esto con mucho barro y el trasfondo de la fiebre del oro... pero no. Deadwood, campamento minero construido a mediados del XIX sobre territorio sagrado para los nativos y usurpado a cheyennes, kiowa, pawnee, crow y sioux (que acabaron confinados en reservas), comenzó siendo una ciudad sin Ley en toda regla en la que la golosina del vil metal actuó como acicate para que acudieran en busca de oro muchos miles de personas. Entre los que acudieron a la cita, los legendarios Wild Bill Hickok, Calamity Jane, Seth Bullock... Tanta afluencia de gente, tanta riqueza y los negocios que proliferaron por la zona (casinos y prostíbulos) ocasionaron no pocos problemas derivados de la presión demográfica y de la ambición sin límites (tanto la de tipos luciendo guante blanco como la de forajidos sin tapujos). El caso es que violencia, corrupción y brutalidad -tan retratadas en el cine- fueron dos características en la historia inicial de esa localidad.

HBO, productora de diente exquisito (Los Soprano, A dos metros bajo tierra, Roma, Carnivàle, House of Sadam,) puso en práctica con Deadwood, una vez más, una receta a base de buen gusto y originalidad... pero como ya se habrá dado cuenta el astuto lector o lectora (o no, que tengo pocas visitas), esto de Deadwood ha sido el pretexto para hablar de esto otro. Resulta que un tal Ricardo Echegaray, ministro de Hacienda de Argentina, ha sido pillado en un renuncio (meses antes que ministro era presidente de una compañía ganadera que recibía subvenciones millonarias de manera irregular). Echegaray -del gobierno presidido por esas joyas del socialismo que han devenido también en millonarios, los Kirchner- decide matar al mensajero y envía a 200 mato... , digo inspectores de hacienda al diario Clarín (que es quien publicó la noticia). Berlusconis, Kirchners, Camps (que ya es plural)... en fin, Pilarín: lejos está lo del imperio de la Ley en estas ciudades sin idem que habitamos.

jueves, 10 de septiembre de 2009

La gracia de Dios y el absurdo

Ay. La gracia divina. Ay. Es curioso lo de la gracia de Dios. No soy experta en el tema, claro, y como no me apetece hacer una búsqueda en plan exhaustivo, he mirado en Wikipedia, et voilà:

En teología cristiana se entiende por gracia divina o gracia santificante a un favor o don gratuito concedido por Dios para ayudar al hombre a cumplir los mandamientos, salvarse o ser santo o el acto de amor unilateral e inmerecido por el que Dios llama continuamente las almas hacia Sí.

Precisamente en Wikipedia, se hace un viaje a través del significado histórico del término (que si en el Antiguo Testamento, que si en el Nuevo, San Agustín dice, la Escolástica se refiere, hasta nuestros días en los que se mencionan los dictámenes del catecismo católico actual al respecto)... Todo relativo al alma y el alma sólo es de Dios. Pero no se hace mención al desplazamiento del significado de la expresión que aclare el porqué de que la misma gracia de Dios pasara a "secularizarse" para ser el factor que diera derecho al primum inter pares a ser rey por encima de los otros. Digamos que Dios (su gracia), tenía una especie de capacidad homologante para la cosa del poder temporal y daba garantía y capacidad para hacer el bien (¡¡Sapristi!!), etc, etc. Igual por esa dimensión temporal de la gracia los monasterios -cuyos abades, priores, frailecillos tenían trato directo con el altísimo- acumulaban tierras y más tierras, coronas votivas, joyas, siervos (esclavos), diezmos y organizaban ejércitos para ir a Tierra Santa a luchar por el santo grial (¡¡Sapristi!! again) y, claro está, administraban los sacramentos... Y los reyes guerreaban y bebían en sus copas de oro y sus ejércitos practicaban el saqueo y también tenían esclavos a su servicio, derecho de pernada. Vamos: un chollo lo de la gracia divina, mireusté. Y un chollo de larga duración, por cierto.
Entre otras cosas, la gracia de Dios daba también potestad para tener ceca propia y acuñar moneda, porque si tus huestes habían rapiñado mucho -que para el saqueo también había que ser gracioso- los esclavos mineros de las minas de tu reino habían extraído bastantes metales preciosos, y habías hecho caja entre los habitantes de los territorios que protegías (¡¡Requetesapristi!!), resulta que Dios te había concedido gracia a raudales. Te hacías tus propias monedillas con tu perfil augusto para que la gracia tuya llegara también a tus súbditos (a los agraciados), que andaban en lo del trueque. En fin.

También está la facultad de hacer milagros, que Dios ha concedido a seres beatíficos que luego la Iglesia nombra santos y, además, la mano divina se ha prodigado por aquí y por allá revelando sus designios inescrutables a los profetas, seres elegidos y graciosos a más no poder.

Leo en El País que un pastor boliviano (religioso) ha tenido una revelación divina y, por esa razón, decide secuestrar un avión mexicano con 104 pasajeros que pensaba utilizar como rehenes para conseguir hablar con el presidente Calderón. Su amenaza consistía en unas latas de refresco que él decía llenas de explosivo aunque eran simples latas de refresco llenas de tierra y con unas lucecitas que él había pegado. Su idea era informarle (al presidente Calderón) de que Dios le había revelado que se avecinaba un terrible terremoto. El pastor José Flores Pereira, que ése es su nombre, parece que cuenta con un historial delictivo en su país de origen por atraco a mano armada y, también, que le tiene tanta afición al alcohol y a las drogas como al deleite místico. La gracia de Dios, generosa, extensa.


Y hablando del absurdo, resulta que se han hecho públicos los resultados de una encuesta en internet sobre las diez declaraciones más absurdas. Bush aparece en dos de los diez primeros puestos y el tercero lo ostenta, con honor, El señor Rumsfeld, que me ha hecho recordar a otro señor muy feo (you know now?) como en versión original y sin complejos.


martes, 8 de septiembre de 2009

La maté porque era mía

Hoy me he desayunado con la noticia de que un guardia civil de Utiel, de 39 años y deprimido a la sazón, cogió su arma reglamentaria y presuntamente asesinó con ella a su esposa. La víctima número 40 en lo que va de año. Y en lo que va de año y en años anteriores, es frecuente que el asesino, trastornado, deprimido, furioso o lo que sea, primero mate a su víctima y, después, intente quitarse la vida. Cuando el asunto luce de esta guisa, me pregunto por qué este tipo de asesinos dispuestos al sacrificio un poco kamikaze no invierten el orden en lo de matar: primero el suicidio y luego, el asesinato de la esposa, amante, novia, ex o del parentesco que fuera o fuese... total, si es para morir... No sé. La cuestión es que no es ese el orden elegido y que van certeros en lo de matar a la otra y, por lo general, les tiembla el pulso cuando se quieren cortar las venas y se equivocan y cortan el cable del teléfono.
¿Por qué asesina uno de estos individuos a la mujer con la que le une o ha unido algún vínculo amoroso? Quizá porque la considera suya, propia, sin opiniones o criterios que puedan diferir de los suyos, sujeta a sus deseos y designios, sin otro sol en el horizonte que él mismo, objeto único de su atención y cuidados y, además, no le gusta que a los toros se ponga la minifalda; ahora que lo pienso, puede que entre estos asesinos haya muchos bebés resentidos que han crecido tanto como el resto de los adultos, que tienen, incluso, sus gónadas comme il faut y hasta pelos en la piernas, sin haber superado la pérdida del trono de rey de la casa y del corazón de mami, condición que quieren restaurar a toda costa e incluso por encima del cadáver de su señora. Gugú, pampam.
En una conversación reciente con una mujer ultraconservadora, sensible a las noticas en las que se cuenta la historia de mujeres subyugadas por la violencia de su particular tron y asesinadas, ésta hablaba de las bondades del franquismo. Entre otras cosas, decía que con Franco no había crímenes de este tipo. Sin disponer de información basada en hechos sobre el asunto, lo único que puedo hacer es opinar al respecto. Mi opinión es que no me lo creo. En el pasado, este tipo de delitos se calificaban como crime passionnel (en francés, que es más fino) y constituían una defensa válida en casos de asesinato. Un par de añitos al trullo para el asesino mientras que la esposa terminaba muerta. La maté porque era mía, oiga. Y hablando de crímenes pasionales, recordemos que "El crimen pasional es uno de los pocos números eróticos realmente originales que España puede ofrecerle al mundo, pues en variedades sexuales los españoles hemos inventado casi nada, toda la raza de las asesinadas, estirpe pálida y morada, legión fantasmal y nocturna, anda por ahí, de un lado para otro y de vez en cuando cae una, floreciendo de sangre su camisa de dormir" (Franciso Umbral dixit, Madrid, espejo de España, 1974 pg 55). Sniff.
Por cierto, y como las imágenes valen mucho más que las palabras, un par de anuncios de cuando era pequeñita que nunca borré de la memoria:




Vamos, que le dio un par de sopapos por ser más simple que el asa de un cubo, la muy burra pues ya se sabe que soberano es cosa de hombres y pomporrutas imperiales y tal y tal, que viene a ser la misma cosa. País viejuno.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Aurora boreal

Leí durante mis vacaciones del pasado agosto la novela de este título de Åsa Larsson de la que me han impresionado muchas cosas: el talento de la autora en la administración de los datos en su relato, la originalidad, la economía y eficacia de su lenguaje, la intensa capacidad evocadora de sus imágenes y algunos de los personajes: la fuerza y astucia de la abogada Rebecka Martinsson, su protagonista, la interesante actitud vital de Anna Maria Mella, amante esposa y madre embarazadísima e inspectora de policía un poco al modo de la protagonista de Fargo y, casi como contrapunto a ambas, el interesado (y perverso) desvalimiento de Sanna Strangard… Pero también, y no en menor medida, me ha cautivado el paisaje helado de Kiruna que describe la autora; más aún, puede, por el simple contraste con este candente ferragosto padecido. Saber que en el Círculo Polar Ártico sus habitantes agolpan la nieve caída contra los muros exteriores de las casas porque esto hace de aislante y protege el interior de los embates del viento helado, del disfrute de las gentes por el uso del trineo, oír hablar de la hora del lobo, de las bellas auroras boreales en esas noches sin día, de las capas de alfombras de trapos superpuestas en los suelos de las viviendas para protegerse del frío… En fín: mi deseo de conocer el lugar se ha incrementado.

Por cierto, y esto ya no es ninguna novela, que desde una zona de latitud parecida al escenario sueco de la novela, la región polar de Noruega, hemos visto en las noticias de la tele, ya en septiembre, al secretario general de la ONU, Ban-Ki Moon, pedir a las naciones compromiso frente al problema del calientamiento global y del deshielo del Polo Norte (you know now, míster bigote?) que, según las desfavorables previsiones podría acontecer en dos décadas. Se deshielan los polos, sube el nivel del mar... Ufff. Yo, que separo la basura desde hace un montón de años y creo no ser consumidora compulsiva, usuaria convencida del transporte público, sin coche por conciencia ecológica… yo que tras calcular mi huella ecológica veo con disgusto que según mi patrón de usos necesitaría más de dos planetas como éste para dar cobertura a mis costumbres nada sostenibles…